Cvitanich, el delantero que tanto pidió Falcioni, dice que “ni piensa” en igualar al Titán. Y jura: “Prefiero hacer menos goles y que sirvan para el campeonato”.
El debut fue lejos de Baradero, mucho más lejos que esos 115 kilómetros que hay entre su pueblo y Buenos Aires. Darío Cvitanich hizo su presentación en Barcelona y, a todos sus amigos, ésos que dice que ahora son todos de Boca, no les quedó más que resignarse a verlo por TV. De otra manera, si hubiera sido en la Bombonera o en cualquier lugar del país, seguramente habrían estado ahí. Se tensionan cada vez que toca la pelota, se paran cuando avanza, se unen en un solo grito cuando convierte su primer gol. “Me llamaron y me dijeron que la camiseta me pesaba, que me quedaba grande”, cuenta uno de los goleadores que tiene este nuevo Boca. Y enseguida agrega: “Pero después me avisaron que me quedaba grande literalmente y era verdad, porque me dieron dos talles más del que uso habitualmente, ja”.
Darío Cvitanich no es de hablar demasiado y menos, de regalar sonrisas. Lo evita. Dicen que en México, durante toda su estadía como jugador del Pachuca, no dio ni una entrevista. Se lo ve callado, serio, respetuoso. Sólo se ríe cuando cuenta lo que le pasó con sus amigos, a la vez que reclama a la gente de Boca que le cambien del talle XL al M. “Mirá que Viatri usa L”, le avisan, y esa medida se prueba con el hotel The Grove de fondo, en medio de la campiña inglesa, en la localidad de Watford, en las afueras de Londres. Es el delantero que tanto pidió Falcioni, vestido de pies a cabeza con el nuevo modelo de Nike, la pelota y Olé .
-¿Qué te pareció el Mundo Boca en estas primeras semanas dentro?
-Uhhh, en el club, en la repercusión, en la gente, Boca te asombra día a día. Todo lo que extrañás cuando estás afuera, acá se vive con intensidad.
-Con el gol ante Espanyol diste un buen primer paso y demostraste tus condiciones..
-No, no, fue un partido amistoso, no se trata del gol, porque lo que se busca es el funcionamiento del equipo. Pero sí sirve para la confianza personal.
-Para no desesperarte.
-A ver ... Para el delantero siempre es importante, pero no sirve de nada hacer muchos goles y que no influyan. Prefiero hacer menos y que sirvan para el campeonato.
-Falcioni dice que podés jugar por adentro o por afuera, ¿cómo lo sentís vos?
-Por lo general me ha tocado jugar por afuera, pero también solo en la etapa de Banfield o en Pachuca. Uno acá en Boca, la verdad, es que juega en cualquier lado.
-Ya tenés un gol, ¿te diste cuenta de que te faltan 235?
-¿¡Cuantos!?
-Faltan 235 para alcanzar a Palermo.
-Dame 250 años y lo alcanzo, ja. Uno sabe lo que hizo y lo que representa, ni se me cruza por la cabeza alcanzar a Palermo ni mucho menos. Lo importante es poder pelear arriba y ganar el campeonato.
La escena es salida de otro siglo. Con el castillo que se levanta en medio de jardines de flores y de una arboleda añeja. Con historia de duques, príncipes y reinas que durante trescientos años, entre el 1600 y el 1900, que visitaron este lugar para pasar fines de semana en casas de lujo. Allí anduvo Boca hasta ayer, allí anduvo Cvitanich. “Es toda una experiencia, se disfruta mucho, más allá de los resultados”, dice, y cuenta que en la última parte de la gira no compartió habitación. “En España estuve con Agustín (Orión) y ahora estamos todos solos. A veces nos juntamos en alguna pieza, otras estoy con la computadora o leo diarios o libros. Ahora estoy con la biografía de Baltasar Garzón, leo lo que me gusta en el momento”.
-¿Cómo vive tu gente este pase a Boca?
-Es todo nuevo también para ellos. Es difícil, yo vengo de un pueblo como Baradero y es una revolución ahí, lo disfrutan tanto como yo. Estuve nada más que cuatro o cinco días, porque entre que volví al país, nos fuimos de pretemporada y vinimos para acá ...
-Debés ser el más popular de Baradero ...
-Es muy lindo. La verdad es que ahora en Baradero todo el mundo es hincha de Boca y se ilusionan con que me vaya bien.
-¿Y vos, Darío, con qué te ilusionás?
-Me ilusiono mucho con un campeonato y con lo que puede ser ganar uno con Boca ... Salir campeón es muy lindo, y más en un club así. Uno lo sueña. Los que los han logrado y están en el plantel, siempre hablan maravillas de lo que eso significa. Pero no hay que pensar en el final sino en Olimpo.
-¿Qué te contaron los que ya fueron campeones?
-Que es lo más lindo que te puede pasar, algo increíble en el día a día, en la calle, en los partidos ... Todos los que estuvieron en muchos lados y ganaron muchas cosas, cuentan que no vivieron nada como salir a la cancha de Boca y ganar un campeonato. Ojalá que se dé.
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