No sólo en Argentina alienta la Mitad más uno: la peña Los Xeneizes de Venezuela llevó la pasión a más de 5000 kilómetros de distancia. Entrá y conocé la historia.
Las costumbres no son las mismas, el dialecto lo hace notar. Cada vez que opinan de Boca suena a foráneo, con sus expresiones propias y características. Pero también es su Boca, así lo sienten. No importa lo que diga el documento, lo que marquen las distancias: la peña Los Xeneizes de Venezuela, como se hacen llamar, lleva el azul y oro en el escudo, la piel y el corazón.
"Pasteleros", les dicen: en Venezuela el fútbol aún no es pasión de multitudes y son muchos los que eligen hacerse hinchas de clubes de otros países. Y ahí, como referencia de América, aparece Boca. La peña, no oficial en los papeles, agrupa más de 500 hinchas a través de redes sociales e intentan juntarse entre los miembros de las mismas ciudades de vez en cuando, sobre todo para seguir los partidos.
Sus días de gloria fueron en los dos encuentros recientes que Boca jugó en tierras venezolanas: en el 2008, 1 a 1 contra Unión Maracaibo con tanto de Battaglia, y en el 2009, victoria por 1-0 contra Táchira, con un gol de Lucho Figueroa cerca del final, los dos por Libertadores. Claro, todos los muchachos de la peña estuvieron viendo a su equipo en vivo y en directo, organizados por Ernesto Lotitto y Gilberto Salinas, los responsables del día a día de la peña. Una chance única.
Viajar a La Bombonera, por costos y tiempos, es difícil. Pero los que tuvieron la oportunidad de costearse el tour compartieron la satisfacción. Trajeron souvenirs, fotos y hasta videos para que el resto conozca la cancha de cualquier manera posible. Un amor raro, a la distancia, de esos que, según varios, no puede terminar bien. Pero claro: la pasión, el amor, no entiende de razones. Y ahí están ellos, a 5000 kilómetros, gritando igual que si vivieran en Brandsen al 800.
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